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Nota de producción
LOS DIRECTORES: PABLO STOLL Y JUAN PABLO REBELLA
Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll nacieron en Montevideo, Uruguay, en 1974. Empezaron a trabajar juntos mientras cursaban estudios de Comunicación Social en la Universidad Católica del Uruguay, donde ambos se licenciaron en 1999.
Desde entonces han trabajado en forma conjunta como guionistas y directores de varios proyectos audiovisuales, entre ellos el largometraje “25 Watts” (Uruguay, 2001), ganador de varios premios internacionales (mejor largometraje en el festival de Rotterdam, mejor opera prima en el festival de La Habana, premio FIPRESCI y mejor actuación masculina Festival de cine Independiente de Buenos Aires, etc.).
PRODUCCIÓN EJECUTIVA Y MONTAJE: FERNANDO EPSTEIN
Fernando Epstein nació en Montevideo, 1969. Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social en la Universidad Católica del Uruguay, donde trabajó junto a Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll en varios proyectos curriculares cortometrajes y video clips.
Desde 1997 hasta el año 2000 se desempeñó como editor de spots publicitarios, documentales y videos musicales en IMÁGENES.
“25 Watts” fue su primera experiencia como editor y como productor ejecutivo. Además dirigió la distribución de dicho film en el año 2001.
Durante 2002 y 2003 dictó cursos de producción en la Escuela de Cine de Cinemateca Uruguaya y en la OTR.
En 2003, produjo y editó Whisky segundo largometraje en conjunto con Rebella y Stoll. Actualmente trabaja en la distribución de Whisky, en la producción de La Perrera de Manolo Nieto y en el proyecto Persona Non Grata de Krzystoff Zanussi que filmará parte de dicho largometraje en Uruguay.
GUIÓN Y DIRECCIÓN DE ARTE: GONZALO DELGADO
Nació en Montevideo en 1975. Egresado como director del curso regular de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba. Egresado en 1996 como técnico de animació en la Escola Superió de Cinema i Audiovisuals de Catalunya.
Desde 1996 hasta la fecha se ha desempeñado como director de arte y asistente de dirección en distintas producciones publicitarias del medio uruguayo.
Fue el encargado de la dirección de arte de “25 Watts” así como del cortometraje Perro Perdido de Arauco Hernández, premiado en el Festival de Cleremont-Ferrand.
Junto con Rebella y Stoll trabajó en el desarrollo del guión de Whisky. Actualmente se desempeña como director de arte en el largometraje La Perrera de Manolo Nieto.
DIRECCIÓ DE FOTOGRAFÍA: BÁRBARA ÁLVAREZ
Nació en Montevideo en 1970. Egresa en 1992 de la Universidad Católica del Uruguay como Técnica en Ciencias de la Comunicación Social.
Desde 1991 trabaja como camarógrafa y directora de fotografía en documentales, cortos institucionales, spots publicitarios y video clips.
En 1997 acude al “Taller de fotografía cinematográfica” realizado en la escuela Internacional de Cine y Televisión de San Juan de los Baños, Cuba.
Se desempeñó como directora de fotografía en “25 Watts” así como en el cortometraje Perro Perdido de Arauco Hernández y Mandado hacer de Diego Fernández. En mayo de 2002 trabajó como directora de fotografía en el largometraje El Viaje hacia el mar de Guillermo Casanova.
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Sobre los actores
ANDRÉS PAZOS JACOBO
Nace el 16 de julio de 1945 en Santiago de Compostela, España. Participa a lo largo de su carrera en más de cuarenta puestas en escena, así como en algunas producciones audiovisuales (publicidad, cine y televisión) como locutor o actor. En 1989 recibe el Premio Florencio otorgado por la Sección Uruguaya de la Asociación Internacional de Críticos Teatrales por su trabajo protagónico en la obra de Oduvaldo Viana Filho Rasga Coraçao. En 1999 participa en la puesta en escena internacional de María de Buenos Aires de Ferrer y Piazzola, en la ciudad de La Haya, Holanda. A nivel internacional, participa en numerosos festivales latinoamericanos y europeos, así como en congresos, coloquios y mesas redondas.
Sus últimos trabajos son en el 2003 en a obra Pericles de W.
Shakespeare, con dirección de Héctor Manuel Vidal, producción de la Comedia Nacional y como actor protagónico en la película Whisky de Rebella y Stoll.
JORGE BOLANI HERMAN
Nace en 1944 en Montevideo. Se inicia teatralmente en el Instituto Teatral Anglo-Uruguayo, con representaciones bilingües. Se forma actoralmente en la Escuela de Arte Escénico del Teatro Circular de Montevideo. En su larga trayectoria actoral en televisión, teatro y cine participó entre otros en la Comedia Nacional, Telenovelas para canal 10 y Canal 4, TVE, presentaciones varias en giras en España, Venezuela, Colombia, Chile, Brasil, Argentina e interior de Uruguay. Fue galardonado por s trabajo en obras teatrales con el Premio Florencio Sánchez por las obras Ángeles en América, Decadencia y En honor al mérito. Recibió el Premio Morosoli a la trayectoria teatral en 1997 y el Premio Iris a la mejor actuación del año 1997. En cine se destaca su actuación en Corazón de fuego de Diego Arzuaga, en varios cortometrajes nacionales, hasta lograr uno de los papeles protagónicos en Whisky.
MIRELLA PASCUAL MARTA
Nace en Montevideo, el 10 de Abril de 1954. A los veinte años incursora en el teatro de Buenos Aires, Argentina. Profundiza sus estudios con talleres de danza, expresión corporal, foniatría, letras, etc. Ingresa en el elenco estable del Teatro La Candela por años consecutivos. En esa época, se destaca su actuación protagónica en La cantante calva de Ionesco, obra que posteriormente participa en el Festival de Teatro de Porto Alegre en Brasil. Sigue su carrera teatral en compañías independientes e incursiona en cine profundizando su aprendizaje actoral con talleres de actuación ante cámaras. Participó en un documental para la televisión japonesa. Participa en comerciales para Puerto Rico y Uruguay. En 2003 obtiene uno de los papeles protagónicos de Whisky.
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Sobre la producción
Julio 2003. Hace mucho frío Montevideo. Después de un día de rodaje, vamos al bar cercano a la locación por una cerveza. Somos: los dos directores, el asistente de sonido y el asistente de dirección.
El asistente de dirección va a hacer una llamada. Vuelve y, con una voz monótona, nos cuenta que la agenda de rodaje para el día siguiente ha cambiado. Le preguntamos por qué y él nos miente. Él no debería mentirnos; es un amigo desde los días de la Universidad. Lo conocemos desde que tenemos 18 años. Le preguntamos qué pasó. Nos cuenta que el coche que usaríamos en la toma del día siguiente, coche que ya usamos en diversas tomas, ha sido vendido. El coche es un pedazo de chatarra que solo puede ser manejado por alguien tan descuidado como Jacobo, el protagonista del film. El técnico de sonido pregunta: “Quién podría comprar ese coche?”. El asistente de dirección toma un trago de cerveza y responde: “Un depósito de chatarra”.
Es extremadamente difícil producir una película en Uruguay. Por supuesto, esta declaración se aplica prácticamente a cualquier país y continúa siendo verdadera. Pero en Uruguay es difícil producir cualquier cosa: manufacturados, por ejemplo, como se muestra en Whisky.
Para hacer “25 Watts”, nuestro primer largometraje, tuvimos que inventar un modo de producción semi-cooperativo. En aquél momento, era la única forma de completar el proyecto. Para Whisky, y siguiendo la experiencia acumulada en la producción de “25 Watts”, parecería que tuvimos que dar un paso más allá.
Whisky ha sido posible gracias al apoyo de individuos y empresas de diversos países. Aún tenemos la energía del mismo equipo de técnicos uruguayos que trabajó en “25 Watts”.
Agosto 2003. Hace mucho frío en Piriápolis. En el pasillo de un viejo hotel, cerca de 40 personas están abrazándose. “¡Corten!” se ha gritado por última vez. Se acabó el rodaje. Ocho semanas en total, y ahora ha terminado. Todos han olvidado el destartalado coche y las noches frías. Algunos lloran; todos estamos cansados y emocionados. Algunos hemos sido amigos desde hace más de 10 años. Todos hemos soñado con producir películas en Uruguay. Hoy, hemos terminado de filmar la segunda. Todos sabemos lo difícil que es, pero en este momento, desearíamos comenzar a filmar otra, porque sabemos que cuanto más difícil, mejor es. ¿No lo creen?
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Notas de los directores
DECLARACIÓN DEL DIRECTOR PABLO STOLL
Al principio era la fábrica: las máquinas viejas, los tubos fluorescentes, los productos apilados, la vida que emerge de esas cosas. ¿Qué pasa detrás de las estanterías metálicas de estas decadentes industrias? Es de todo esto que los personajes se rodean. Invención pura: dos hermanos judíos y una mujer. Más una mentira, una falsedad. Otra invención dentro de la invención. La idea original era muy sencilla, casi loca, nada fuera de lo común. Una pequeña historia. Una historia donde los personajes tejen lazos entre sí basados en una serie de pequeñas mentiras. Estábamos interesados en explorar las rutinas, los protocolos, las frases hechas, lo que dicen y lo que esconden. Jacobo y Marta están de acuerdo en vivir una mentira por unos días, una ficción. Herman llega desde Brasil y de cierta forma se adapta y encaja en la misma. ¿Cuánto vale para ellos la mentira que crearon? ¿Hasta qué punto es esto una mentira, y hasta qué punto la mentira los hace incapaces de escaparse de la rutina, de la mentira cotidiana?
Por un tiempo me pregunté por qué estábamos produciendo esta película. Porque, después de “25 Watts”, un film joven y autobiográfico, estábamos haciendo Whisky, una película sobre dos hermanos judíos de 60 años, una mujer y una fábrica. Soy solamente un chico, como mi colega. Ninguno de nosotros tiene 60 años ni somos judíos ni tenemos una fábrica. Cuando escribimos el guión, nos dimos cuenta que quizá estos personajes no difieren mucho de lo que somos. Que no estábamos tan alejados de esos tres tipos de soledad. Esto puede ser una proyección de nosotros mismos, lo que podríamos ser dentro de 20, 30 años. Detrás de la máscara de Jacobo, Herman y Marta, entramos en contacto cara a cara con nuestros miedos.
De cierta forma, Whisky es diferente y al mismo tiempo muy similar a “25 Watts”. Hay algo en la atmósfera, la melancolía, en el tono, que las une. Algo en la tensión contenida en las escenas. Donde en “25 Watts” había palabras, acá tenemos silencio, pero ambos casos trabajan de la misma forma, como si los personajes de Whisky estuvieran ya cansados de hablar, como si no quedara nada más para decir. Se dice que los directores hacen siempre la misma película. Tal vez un poco de eso nos este pasando también.
DECLARACIÓN DEL DIRECTOR JUAN PABLO REBELLA
Muchas veces, mientras filmábamos la historia, el director de fotografía, el director de arte, Pablo y yo (los directores), pasamos más tiempo de lo permitido decidiendo el encuadre final. Especialmente porque tenemos actores con enormes diferencias de estatura y tienen que estar juntos en la escena ya sea parados o sentados. En cualquier otro film, la solución habría sido muy simple: corregir la escena. En otras palabras: re-encuadrar durante la escena para balancear las diferentes alturas. Pero como habíamos decidido que la cámara nunca se movería, muchas veces debíamos decidir si cortábamos la cabeza de Jacobo o dejar un gran espacio vacío sobre la cabeza de Marta; la idea era no tener que panear, mover o usar una cámara en mano.
Cuando el asistente de dirección o el productor venían a alertarnos que ya no quedaba tiempo para esta extensa toma de decisión, me pregunté porque nos estábamos creando tal problema. Y realmente, no tenía una respuesta concreta. Asimismo, al mismo tiempo, estaba muy claro para mí que no estaría dispuesto a aceptar que la cámara se moviera por todo el oro del mundo. Fue como un comando divino.
Hoy, casi un año después, y después de ver el film terminado varias veces, una de las cosas que más me satisface es el encuadre, la inmovilidad de la cámara, y como eso enriquece la narrativa. Y siento que empiezo a entender mejor por qué la cámara nunca debía moverse. Whisky es una historia creíble. Podría pasar en la vida real. Asimismo, en ciertas áreas me recuerda a un libro de cuentos infantiles, donde encuentras en cada página un gran dibujo y en el pie hay una o dos oraciones. Y así, página a página, y escena a escena, uno lentamente va entrando al pequeño mundo de la narración.
Luego, recordé que unos meses antes de empezar el rodaje, cuando no teníamos ni la pálida idea de cómo trabajar cada escena, compramos un cómic: “Jimmy Corrigan, el niño más listo de la tierra”. Cuando lo vimos, sentimos que habíamos encontrado algo que transmitía visualmente un ambiente similar al concepto que teníamos para filmar el guión.
Obviamente, ni los libros ni los comics tienen movimientos de cámara.
Esta es posiblemente una de las tantas explicaciones para la casi religiosa necesidad de dejar la cámara inmóvil. Pero viendo la película, es la explicación más convincente para mi. Dios salve los trípodes.